Saturday, March 15, 2014

La batalla pasó sobre 1405 aC. Por fe cayeron los muros de Jericó con rodearlos siete días. La conquista de Jericó:

1 Las *puertas de Jericó estaban bien aseguradas por temor a los
israelitas; nadie podía salir o entrar. 2 Pero el Señor le dijo a Josué:
«¡He entregado en tus manos a Jericó, y a su rey con sus guerreros! 3
Tú y tus soldados marcharán una vez alrededor de la ciudad; así lo harán
durante seis días. 4 Siete sacerdotes llevarán trompetas hechas de
cuernos de carneros, y marcharán frente al arca. El séptimo día ustedes
marcharán siete veces alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes
tocan las trompetas. 5 Cuando todos escuchen el toque de guerra, el
pueblo deberá gritar a voz en cuello. Entonces los muros de la ciudad se
derrumbarán, y cada uno entrará sin impedimento.»

6 Josué hijo
de Nun llamó a los sacerdotes y les ordenó: «Carguen el arca del *pacto
del Señor, y que siete de ustedes lleven trompetas y marchen frente a
ella.» 7 Y le dijo al pueblo: «¡Adelante! ¡Marchen alrededor de la
ciudad! Pero los hombres armados deben marchar al frente del arca del
Señor.»

8 Cuando Josué terminó de dar las instrucciones al
pueblo, los siete sacerdotes marcharon al frente del arca del pacto del
Señor tocando sus trompetas; y el arca del pacto les seguía. 9 Los
hombres armados marchaban al frente de los sacerdotes que tocaban las
trompetas, y tras el arca marchaba la retaguardia. Durante todo ese
tiempo las trompetas no cesaron de sonar. 10 Al resto del pueblo, en
cambio, Josué le ordenó marchar en silencio, sin decir palabra alguna ni
gritar hasta el día en que les diera la orden de gritar a voz en
cuello.

11 Josué hizo llevar el arca alrededor de Jericó una sola
vez. Después, el pueblo regresó al campamento para pasar la noche. 12
Al día siguiente, Josué se levantó temprano, y los sacerdotes cargaron
el arca del Señor. 13 Los siete sacerdotes que llevaban las trompetas
tomaron la delantera y marcharon al frente del arca mientras tocaban sus
trompetas. Los hombres armados marchaban al frente de ellos, y tras el
arca del Señor marchaba la retaguardia. ¡Nunca dejaron de oírse las
trompetas! 14 También en este segundo día marcharon una sola vez
alrededor de Jericó, y luego regresaron al campamento. Así hicieron
durante seis días.

15 El séptimo día, a la salida del sol, se
levantaron y marcharon alrededor de la ciudad tal como lo habían hecho
los días anteriores, sólo que en ese día repitieron la marcha siete
veces. 16 A la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron las trompetas, y
Josué le ordenó al ejército: «¡Empiecen a gritar! ¡El Señor les ha
entregado la ciudad! 17 Jericó, con todo lo que hay en ella, será
destinada al *exterminio como ofrenda al Señor. Sólo se salvarán la
prostituta Rajab y los que se encuentren en su casa, porque ella
escondió a nuestros mensajeros. 18 No vayan a tomar nada de lo que ha
sido destinado al exterminio para que ni ustedes ni el campamento de
Israel se pongan en peligro de exterminio y de desgracia. 19 El oro y la
plata y los utensilios de bronce y de hierro pertenecen al Señor:
colóquenlos en su tesoro.»

20 Entonces los sacerdotes tocaron las
trompetas, y la gente gritó a voz en cuello, ante lo cual las murallas
de Jericó se derrumbaron. El pueblo avanzó, sin ceder ni un centímetro, y
tomó la ciudad. 21 Mataron a filo de espada a todo hombre y mujer,
joven y anciano. Lo mismo hicieron con las vacas, las ovejas y los
burros; destruyeron todo lo que tuviera aliento de vida. ¡La ciudad
entera quedó *arrasada!

22 Ahora bien, Josué les había dicho a
los dos exploradores: «Vayan a casa de la prostituta, y tráiganla junto
con sus parientes, tal como se lo juraron.» 23 Así que los jóvenes
exploradores entraron y sacaron a Rajab junto con sus padres y hermanos,
y todas sus pertenencias, y llevaron a toda la familia a un lugar
seguro, fuera del campamento israelita. 24 Sólo entonces los israelitas
incendiaron la ciudad con todo lo que había en ella, menos los objetos
de plata, de oro, de bronce y de hierro, los cuales depositaron en el
tesoro de la casa del Señor. 25 Así Josué salvó a la prostituta Rajab, a
toda su familia y todas sus posesiones, por haber escondido a los
mensajeros que él había enviado a Jericó. Y desde entonces, Rajab y su
familia viven con el pueblo de Israel.

26 En aquel tiempo, Josué hizo este juramento:

«¡Maldito sea en la presencia del Señor
    el que se atreva a reconstruir esta ciudad!
Que eche los cimientos
    a costa de la vida de su hijo mayor.
Que ponga las puertas
    a costa de la vida de su hijo menor.»

27 El Señor estuvo con Josué, y éste se hizo famoso por todo el país.
Escuche un ALELUYA EN EL CIELO.
Y DIJO EL SEÑOR:
JOSUÉ 6:
Y continuó y díjole;
 Hoy se cumple esta profecía.
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 Profeta, TERESA AQUINO.

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